COMUNICACIÓN Y REDACCIÓN
1 El Estado, a través del poder ejecutivo, dota al ministerio del interior y seguridad pública, para que se encargue de las políticas públicas Las personas se comunican con una intención específica, ya sea para llegar a un lugar, conseguir ayuda, conocerse, ya sea para realizar un trámite. A partir de ahora, llamaremos a esto la "Intención Comunicativa", es decir, lo que queremos lograr con nuestras palabras, ya sean escritas o habladas.
2 El contexto es la situación
en la que tiene lugar la comunicación, lo que nos lleva a tener contextos
formales, serios, alegres o solemnes. Lo crucial no es el contexto en sí, sino
nuestra capacidad para adaptarnos a él. Las circunstancias en las que se
desarrolle la comunicación nos proporcionarán pautas sobre cómo relacionarnos.
Un almuerzo con colegas será un contexto mucho más relajado que una reunión de
presupuesto, incluso si participan las mismas personas.
3 Los textos escritos, a
diferencia de la comunicación verbal, están planificados y tienden a ser más
ordenados, ya que los textos hablados no se pueden corregir en el momento. En
un texto escrito, no podemos pedirle al autor que nos explique algo que no
entendimos a la primera. Por lo tanto, debemos establecer las bases para
comprender cualquier texto, y eso implica un orden: primero identificaremos el
TEMA, luego diferenciaremos las IDEAS SECUNDARIAS de la PRINCIPAL. Este proceso
mental se conoce como comprensión lectora y establecerá las bases para leer y
comprender de manera más eficaz.
Pragmática de la comunicación
Existen muchas teorías que abordan el fenómeno
de la comunicación desde distintas aristas. En nuestro caso, nos acercaremos a
la comunicación desde una perspectiva pragmática. ¿Qué quiere decir?, que nos
centraremos en aquellos factores que influyen en la interpretación de un
mensaje.
Revisemos algunos conceptos
que utilizaremos de ahora en adelante:
• Emisor: Persona que produce un mensaje con una intención
especifica.
• Destinatario: Persona o personas a las que el emisor
dirige su mensaje
• Interlocutores: se denomina así a quienes participan de
la situación comunicativa, ya sea emisor ya sea destinatario.
• Mensaje: También llamado enunciado, es aquello que se
desea comunicar, ya sea de manera verbal ya sea de manera escrita.
• Texto: Conjunto coherente de enunciados, verbales o
escritos.
1 Intención comunicativa: es
el acto de querer comunicar algo. Y es también el objetivo de nuestra
comunicación, lo que queremos decir de manera conceptual
2 Contexto: las circunstancias,
espaciotemporales, específicas de la situación en la que se lleva a cabo la
comunicación.
3 Relación social: qué tipo de
relación interpersonal tienen entre sí los interlocutores
4 Información pragmática: los
conocimientos, opiniones, creencias, prácticas, culturas que comparten o
diferencian a los interlocutores
Ilustremos todo con un
ejemplo:
Un abuelo llama a su nieta
porque tiene problemas con el celular. El abuelo dice que el teléfono no suena
como antes y que, si bien las llamadas le llegan, su celular ni siquiera vibra.
Su nieta le dice a su abuelo que revise que su celular no vaya a estar en “modo
avión” y le explica cómo resolverlo. Una vez solucionado el problema, el abuelo
le dice que pensó que había que repararlo, a lo que su nieta le responde que no
pasó nada grave.
La intención comunicativa, el
contexto, la relación social y la información pragmática operan de manera
simultánea en esta situación comunicativa.
El emisor debe ser consciente de la intención
de su mensaje para poder elegir el canal, el formato y el contenido adecuados.
Por ejemplo, si queremos informarle algo a nuestra jefa, trataremos de ser
precisos, claros y trataremos de usar un vocabulario técnico, y de evitar
modismos. Ahora bien, si nuestra intención es pedirle un favor a un amigo,
utilizaremos un lenguaje más emocional, de confianza y Por lo tanto, amistoso.
Debemos reconocer que, cuando
hablamos y escuchamos a otras personas, existen intenciones detrás de esos
mensajes. Eso no significa que somos “interesados”, sino más bien demuestra que
nos comunicamos para que se concreten acciones: a una pregunta del tipo
“¿Perdone, podría pasarme la sal?” no le corresponde una simple respuesta del
tipo “Sí” (y ningún movimiento), sino más bien una respuesta “Sí, aquí la
tiene” o “Tenga”, con un movimiento que facilita el salero a quien lo pide. La
intención del emisor no es conocer la capacidad de “traslado” de la sal del
receptor (o el grado de molestia que le causa ese traslado); la intención del
emisor es pedir la sal (con un acto educado, cortés, indirecto) (Payrató,
2018).
Dependiendo de la acción que
buscamos conseguir, nuestro mensaje se elaborará para lograr esa intención con
la mayor efectividad posible. Veamos el siguiente recuadro:
A veces, tenemos que reconocer que las
personas pueden no ser directas con su intención comunicativa, por diversos
motivos. Por ejemplo, a una pregunta como ¿qué haces el fin de semana? la
intención no es saber cada una de las cosas que hará el destinatario durante
todo el fin de semana, sino más bien saber si está disponible para un panorama
o una cita. Lo mismo va a suceder con la expresión ¿ustedes no tienen frío?, en
donde la o el hablante no busca saber con exactitud quienes tienen frío y
quienes no. Probablemente, su intención es que o apaguen el aire acondicionado,
prendan la calefacción, cierren la ventana, etc.
Por ello, es clave que podamos
ser capaces de declarar de manera clara nuestras intenciones, y también que
seamos capaces de desarrollar la capacidad para reconocer aquellas intenciones
más implícitas. Por lo mismo, para poder comunicarnos de manera eficaz, con las
personas, es importante saber leer al resto y preguntar si no nos queda claro
la intención o el mensaje que se nos quiere comunicar.
Antes de continuar con la
lectura, reflexionemos:
¿Qué problemas nos puede traer
el no dejar clara nuestra intención comunicativa?
Contexto comunicativo
Uno de los elementos cruciales durante la
comunicación es el contexto, ya que el lugar y el momento proporcionarán
indicaciones sobre normas lingüísticas, expectativas sociales y culturales.
Estas variables, a su vez, ejercerán influencia sobre las decisiones del emisor
al elaborar su mensaje, como se ilustra, por ejemplo, en la elección del
registro de habla, del tono de voz, del uso de pronombres como tú o usted.
Cotidianamente, nosotros nos
vamos adaptando a los contextos, eso quiere decir que sabemos y conocemos las
pautas sociales y culturales, según las cuales debemos actuar en ese
espacio-tiempo. Una misma instancia social como un funeral de un ser querido
puede tener distintas lógicas actitudinales y comunicativas, dependiendo de la
cultura. En algunos casos, el contexto será serio, silencioso. En otros casos,
incluso puede que sea festivo, alegre, con mucha interacción social.
Lo importante es que
comprendamos que el contexto es uno de los elementos que más determina el cómo
nos debemos comportar conductual y comunicativamente. El adjetivo calificativo
“desubicado” utilizado comúnmente en países latinoamericanos, según el
Diccionario de la Real Academia Española (RAE), significa: “Dicho de una
persona: Que no se comporta de acuerdo con las circunstancias y hace o dice
cosas inoportunas o inconvenientes” (2023, definición 1) Es decir, hace alusión
a que cuando no somos capaces de comunicarnos conforme al contexto, no
encajaremos en la situación comunicativa.
Niveles de información
Cualquier texto, oral o escrito, está formado
por palabras. Veamos el siguiente texto:
Efectivamente, todo texto está
compuesto por palabras, pero no es solo una serie de palabras. Un texto se
estructura a partir de varios niveles de sentido. Cada uno es fundamental para
que el producto final, el texto, sea comprensible, y ese será nuestro objetivo
final porque ¿quién no quiere ser leído o escuchado y, sobre todo, comprendido?
El nivel básico de sentido es
la palabra. Debemos elegirlas adecuadamente y ubicarlas en la posición exacta
dentro de la oración. Se espera que cada oración presente una idea clara que no
sea confusa. Debe estar bien construida y secuenciada, esto es, que se conecte
bien con las demás.
El conjunto de oraciones en
torno a una misma idea central dará forma a un párrafo. Párrafo a párrafo se
irá formando un texto más extenso. En una primera instancia, podemos imponernos
reglas, como que cada párrafo tenga diez oraciones o cien palabras. Esto nos
ayudará a organizar nuestras ideas y ayudará también a nuestros futuros
lectores a anticiparse: sabrá más o menos qué esperar del texto.
La palabra texto tiene su
etimología, es decir su origen, en la palabra del latín textus que significa
tejido o enlace. Para poder ilustrar de manera menos abstracta lo que estamos
hablando, es importante volver al origen de la palabra. Un telar o una manta
tejida está compuesta por hilos (las palabras) que se van entrelazando (oraciones)
y van armando segmentos (párrafos) que se van uniendo de manera lógica, para
terminar en un tejido completo.
Sigamos con la analogía, si un tejido posee
hilos que salen hacia fuera, secciones mal unidas, o está descuadrado, diremos
que está “mal confeccionado” lo mismo nos sucede con los textos o discursos,
cuando están mal redactados.
Texto, párrafo, oración y
palabra
TEXTO: PÁRRAFO: ORACIÓN: PALABRA:
Corresponde a la unidad final
y completa, de sentido y estructura, con inicio, desarrollo y fin.
La comprensión lectora
Cuando hablamos con alguien y no entendemos
algo, podemos pedirle que nos repita o que vuelva a explicar. Cuando leemos,
no. Es decir, es un fenómeno que depende de nuestra comprensión, de cuánto
seamos capaces de entender lo que leemos y de cuán bien pueda expresarse de
manera escrita quien escribió. Este material es un ejemplo de ello, puede
suponer mayor o menor dificultad, dependiendo de la persona.
Diferencias entre leer y
conversar
Leer Conversar
Proceso que puede iterarse. Ocurre en un momento específico.
No podemos interrogar al
autor/a. Podemos hacerle preguntas
al interlocutor.
Suelen utilizar palabras más
técnicas. Uso de palabras cotidianas.
Posee un orden estructurado, Puede ser desordenada.
Daniel Cassany, experto en
lectura y redacción, nos afirma, en su texto Laboratorio Lector, que:
La comprensión no es un
fenómeno categórico, de blanco o negro, sino que tiene un abanico amplio de
grises más o menos oscuros. Podemos entender un escrito solo un poco, con más
detalles o del todo. Algunos textos ofrecen varios planos de comprensión, cada
vez más profundos (…) Puede haber varias interpretaciones, e incluso pueden ser
también parcialmente apropiadas, pero siempre hay una que resulta más
significativa, que muestra más coherencia que el resto (Cassany, 2018).
Nuestra intención, en este
material de estudio, es generar bases y estrategias, para que podamos
comprender mejor los textos.
Siguiendo lo planteado por
Cassany, podemos distinguir tres niveles de lectura:
⇒ Literal (leer las líneas)
La comprensión literal hace
referencia al significado semántico, al que deriva del diccionario: a
comprender los referentes de los pronombres o a relacionar el sentido de cada
frase con la anterior y la posterior.
⇒ Inferencial (leer entre líneas)
La comprensión inferencial
hace referencia a recuperar los implícitos: todo lo que se da a entender sin
explicitarse (el significado pragmático)
⇒Crítica
(leer tras las líneas)
La comprensión crítica hace
referencia a la intención que se proponía el autor del texto, según el momento
histórico en que se publica el texto (o lo escribe el autor y lo lee el
lector), según los destinatarios a los que se dirigía, etc. Puede considerarse
un significado político (Cassany, 2018).
Es decir, primero debemos ser
capaces de leer y comprender aquello que está ahí, que es explícito. La
comunicación no siempre será 100% explicita y literal, por lo que, a veces,
para llegar a la intención de la otra persona, tendremos que inferir, concluir
e interpretar su mensaje.
Literal
Ejemplo: Cifras, afirmaciones
o dichos de alguien en una noticia publicada en Twitter.
Inferencial
Ejemplo: Inferir la
orientación política del periodista que redactó la noticia publicada en
Twitter.
Crítico
Ejemplo: Corroborar y comparar
la noticia de Twitter con otras fuentes, para formar una postura sobre los
hechos.
Antes de continuar con la
lectura, reflexionemos:
¿Cómo crees que la habilidad
de comprender un texto en los niveles literal, inferencial y crítico podría
influye en la forma en que las personas se relacionan con la información
presente en los medios de comunicación?
Tema, ideas principales e
ideas secundarias
Ahora, ¿qué es lo que quiere comunicar un
texto? Para averiguarlo, tendremos que identificar tres elementos clave.
Veámoslo con el siguiente ejemplo:
El primer elemento clave
responde al asunto que trata el texto: su contenido, la materia que expone,
argumenta o narra. En otras palabras, debemos identificar el tema. Para
hacerlo, podemos preguntarnos ¿de qué habla el texto? La respuesta debe ser un
concepto global, sin muchos detalles. Por ejemplo: “Habla sobre el
medioambiente”.
El segundo elemento será
identificar ¿qué dice el texto sobre el tema? Si seguimos con nuestro ejemplo,
podemos decir que “El texto dice que el medioambiente está en peligro”. Esto es
la idea principal: la información más importante que se desea transmitir.
Por último, veremos que esa
idea principal se expande con detalles, ejemplos o nuevas perspectivas. Este es
el rol de las ideas secundarias, que siempre derivarán de la idea principal.
Así, nuestro ejemplo dirá que las ideas secundarias son: “El medio ambiente
está en peligro, producto de la deforestación, contaminación de las aguas y el
calentamiento global”.
Antes de finalizar,
reflexionemos:
“Vacía tu mente, sé amorfo,
moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza, se convierte en la taza, si
pones agua en una botella se convierte en la botella, si la pones en una
tetera, se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Sé
como el agua. Amigo mío, el agua que corre nunca se estanca, así es que hay que
seguir fluyendo”
Fuente: Iplacex
No hay comentarios:
Publicar un comentario